viernes, 6 de enero de 2012

quien dijo que la navidad tenía que ser consumista, desde luego tenía poca imaginación.
y por mucho que me pronuncie en contra del materialismo desenfrenado que provocan estas fechas, hoy he sido la persona más feliz del mundo cuando, al despertar, me he encontrado con un paquete encima de la mesa: mi padre me ha regalado su viejo juego de ajedrez y la promesa de muchas partidas en las que no me volverá a dejar ganar.






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