martes, 30 de noviembre de 2010

[Este poema ha sido borrado por falta de profundidad emocional y verbal requeridas por un verdadero poema

A la hora de presentar su escrito, por favor recuerde que un verdadero poeta es una marginado y un excéntrico, con un tremendo trauma emocional, y ante la falta de esas cualidades nada que el autor envíe podrá ser considerado un poema.
Si desea volver a presentar su trabajo, por favor, siga las siguiente instrucciones

- Elimine todos los ejemplos de autodesprecio y cualquier palabra que aluda directamente al dolor. Eso es "emo", y no poesía auténtica.
- No escriba acerca del amor si tiene menos de veinte años, es evidente que un adoslescente no puede saber absolutamente nada de un sentimiento tan adulto como ese.
- No emplee referencias ficticias, no son lo suficientemente reales como para provocar emociones profundas.
- No escriba acerca de noticias reales, cualquiera con el tiempo suficiente como para hacerlo no podría entender lo que estaría escribiendo.
- No escriba poesía con la que pueda identificarse todo aquél que la lee, esta gente es su audiencia, y no debe complacerlos a todos, tanto si los conoce como si no.
- No escriba poesía controvertida, este es un medio de autoexpresión siempre y cuando sea políticamente correcto.
- No escriba mala poesía. Cualquier caso de mala posía es evidentemente intencional, puesto que cualquiera que escriba poesía debe tener habilidad natural para ello, y cada poema compuesto es el resultado de semaas y semanas de meticuloso trabajo, y no un intento espontáneo de autoexpresión.
- Recuerde que cualquier persona que lea su trabajo al momento lo sabrá todo sobre usted, y, por tanto, sus comentarios (sean críticos, halagadores o verbalmente abusivos) deben ser tomados muy a pecho. Si se han tomado el tiempo para expresar su opnión, quien es usted para llevarles la contraria?

Esperamos que estas simples indicaciones le ayuden a que su próximo trabajo alcance un nivel digno de ser publicado.
Gracias por su tiempo.]
los periódicos, la tele, la radio, las webs, mis compañeros de piso, la cajera del super, mi profesor de discretas, el camarero del desayuno, el chico que se sentó a mi lado en el bus, la gente que entablaba conversaciones en la calle, los universitarios de la biblioteca, vuestros estados facebook&tuenti, TODOS me habéis recordado que ayer hubo un barça-madrid con un 5-0. ya lo sé. ahora podemos hablar de otra cosa?

viernes, 19 de noviembre de 2010

Me sentaba y trazaba linea tras linea, pero nunca daba con la combinación exacta que unía esas malditas diez rallas. Esta noche volvieron los mismos fantasmas de siempre, los mismos atascos en la arteria más sonora. Unas veces extraño el frío, muchas otras desearía estancarme en una eterna noche de verano, y ver llover... como echo de menos ver llover. Y hasta que consiga escuchar una canción dispuesta a contarme algo o robarme un suspirito, porfavor, sácame de aquí.
Jamás seré capaz de dibujar una estrella.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Si los sentimientos, o incluso las sensaciones, fueran materiales, tendrían fecha de caducidad.
A esta síntesis he llegado después de que me caducara el sentimiento de amor que sentía por ti, pues la bolsa que lo contenía se ha debido de quedar abierta -no sé si por descuido-, y se ha puesto manido, así con un desagradable olorcillo a desamor.
Conclusión práctica de todo esto: mañana tendré que ir a hacer la compra, y nada de pasarme por la sección de pasiones desenfrenadas y amores locos, que encima de caros, salen malos.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Sentía el calor de los cuerpos sobre el mío, y cómo mi frente se iba humedeciendo en sudor. El espacio en el que me movía cada vez era más reducido, hasta el punto en el que no podía realizar un simple giro sin rozarme con un mínimo de cuatro personas. Me sentía agradablemente aturdida, un éxtasis que no había experimentado nunca antes se apoderaba de mí. Pensaba en la sangre recorriéndome las venas muy despacio, y en como mis latidos, aunque lentos, resonaban tan fuerte que se elevaban por encima de la música, y se convertían en el ritmo que todos seguían. No reconocía a mis amigos entre la multitud, esta era un cúmulo de personas sin identidad, que ahora no podían significar nada por sí solas. En ese preciso momento, sólo podían tener sentido como parte de un todo. Ni siquiera yo podía transcender. Cerré los ojos y volví a abrirlos varias veces. Dejaba a mi cuerpo fluir entre el resto, ya ni siquiera tenía que hacer esfuerzo por mantenerme, aunque me dejara caer, el todo me sostendría. Rostros que pasaban cercanos al mío, manos que rozaban las puntas de mis dedos. En una de las veces en que cerré los ojos, sentí un aliento a la altura de mi nariz; para cuando los abrí, un chico de aspecto imponente y atractivo me decía algo que no lograba entender. No me molesté en elevar la voz para preguntarle qué decía, simplemente giré la cabeza y acerqué el oído. El volvió a repetirme algo, sentía su respiración en la oreja y me entró un escalofrío. Volví a no entenderle, así que me encogí de hombros dándoselo a entender, y entonces él, comenzó a besarme la oreja, y sentí su lengua avanzar hacia mi cuello. La tentación era grande, pero no era momento para besarse con nadie. La gente se empeña en trascender, ¿no podía conformarse con ser un punto del todo, que sencillamente bailase conmigo? Comencé a alejarme de él mientras le sonría en señal de disculpa, y otra vez estuve perdida entre mis queridos cuerpos cálidos sin rostro.

lunes, 8 de noviembre de 2010

pequeñas perlas de skins

como ya he mencionado anteriormente, uno de los puntos fuertes de esta serie, y lo que la diferencia por completo de cualquier otro culebrón adolescente, es su cuidadísima fotografía. he aquí algunos ejemplos:

















domingo, 7 de noviembre de 2010

"The edible woman"





"La mujer comestible" es una novela de 1969 que ayudó a consolidar como escritora a Margaret Atwood. Trata de la historia de una mujer joven cuyo mundo, hasta entonces estructurado y fuertemente orientado al consumo, de repente se le escapa de las manos. Estando prometida, Marian empieza a sentir como su cuerpo y su alma se separan. Mientras, comienza a dotar a la comida con cualidades humanas que la hacen identificarse con ella, así que encuentra imposible comer, repelida por un sentimiento de metafórico canibalismo.

Atwood explora los estereotipos de género a través de personajes que se adhieren estrictamente a ellos, como Peter o Lucy, o que desafían sus límites, como Ainsley o Duncan. El punto de vista narrativo se alterna entre la primera y la tercera persona, acentuando el distanciamiento de Marian con la realidad. Hacia el final de la obra retorna la narración en primera persona, en concordancia con la disposición del personaje de volver a tomar las riendas de su vida. La comida y la ropa son usadas como símbolos que ayudan al lector a a comprender mejor las personalidades, estados de ánimo y comportamientos de los personajes.

La ambientación espacial se emplea a lo largo de la obra para acentuar las diferencias entre los personajes; por ejemplo, a Duncan lo podemos encontrar en una lavandería, un lúgubre teatro o un hotel con muy mala pinta. En comparación, Peter merodea bares elegantes y apartamentos resplandecientes. Sin embargo, estos ambientes cambiantes también se usan para explorar diferentes ángulos de la existencia, contrastando una visión de la vida libre y salvaje con otra civilizada y hermética. Esto subraya las dificultadas que se presentaban a las mujeres de la era, donde la libertad era sinónimo de la incertidumbre pero el matrimonio presentaba sus propios problemas.

La publicación de la novela coincidió con el ascenso del movimiento feminista en norteamérica, pero Atwood la describe como "protofeminista" porque la escribió en 1965, y por tanto se anticipó al propio feminismo por unos cuantos años.


El capítulo de culto 02x09 de Skins comienza con Cassie leyéndole a Chris un fragmento del libro, muy acorde la relación que Cass mantiene con la comida y los planteamientos existenciales que formula a lo largo de la serie.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Una vez has llegado a ese punto al que llaman tocar fondo, sabes que no hay vuelta atrás. Puede materializarse de un millón de maneras, diferentes para un millón de seres humanos. Puedes terminar en el hospital con un coma etílico, desplumar todo tu dinero en una partida de poker, perder a tu novio por un insípido y vacío polvo de una noche, o a un amigo por una fatal combinación de drogas y palabras incoherentes, o puedes despertarte en un polígono industrial del extrarradio de Móstoles sin ropa ni dinero ni recuerdos de la noche anterior. Pero todas tienen un factor en común, cuando llegas, sabes sin lugar a dudas donde estás. Al fondo de todo, en lo más profundo de la miseria humana, que tantas veces rozaste pero que jamás creiste que llegarías.
Por lo general, inmediatamente después te dedicarás a atormentarte y repasar infinitas veces la cadena de consecuencias que te llevó hasta ese preciso acto, barajando las posibles opciones alternativas que podrías haber llevado a cabo y que te hubieran llevado de vuelta, al día siguiente, a tu vida tal y como la conocías. Pero no hay vuelta atrás. El pasado se queda grabado a fuego y ahora sólo tienes dos opciones. Puedes recapacitar, reformarte, emplear lo ocurrido como una lección especialmente dura y a partir de ahora vigilar en extremo tus pasos para no tropezar dos veces con la misma piedra. Ni con ninguna otra. O puedes simplemente quedarte donde estás, en las profundidades, y a partir de ahora no volver a ver la luz del sol. Es fácil vivir una vez no te queda nada por lo que hacerlo; no hay riesgos. Puedes seguir tensando todas las cuerdas sólo para ver en qué punto empiezan a romperse. Puedes ser totalmente libre.
Elegir el camino es sencillo, lo complicado es llevarlo a cabo. Y empezar de nuevo siempre, siempre asusta.