jueves, 23 de agosto de 2012

lunes, 20 de agosto de 2012

Surfeando auroras

Cada vez que abro National Geographic Adventure me quedo boquiabierta. Siempre hay alguien dispuesto a rebasar los límites de lo que consideramos imposible, y gracias a esta revista podemos ser testigos de sus hazañas. En este caso han sido las fotografías de Chris Burkard las responsables de haberme dejado sin aliento en este artículo, en el que se la entrevista en relación a unas impresionantes imágenes de surf en las extremas condiciones del invierno Noruego e Islandés.  Acostumbrados a asociar este deporte con playas paradisíacas y soles espléndidos, ver a un surfista bajo la aurora boreal le da a la escena un toque desconcertante que la hace todavía más hermosa.


(by Chris Burkard)

sábado, 18 de agosto de 2012


"El miedo a la vida es la enfermedad de moda del siglo XX"
- William Lyon Phelps

miércoles, 15 de agosto de 2012

(500) Days of Summer


- Y, ¿qué es lo que pasó?
- Lo que siempre pasa: la vida.

lunes, 13 de agosto de 2012

...


A veces el mundo se detiene, justo en el borde del abismo. Me veo a mí misma, allí de pie, acariciando la idea del vacío, la espesura de la no-consciencia, que es tan terrible como apacible y que me conoce tan bien como me conoce él y me conocen los pájaros. El tiempo, la vida, qué sé yo, algo se detiene y me quedo suspendida. A veces con un pie en el aire, a veces simplemente contemplando la caída. Y no me puedo mover, ni hacia delante ni hacia atrás, sólo puedo estar ahí esperando a que todo se ponga de nuevo en marcha, mientras los ojos se me llenan de lágrimas y no tengo fuerza para cerrar el párpado y dejarlas caer.
Me pregunto si valdría la pena bajar la mirada y dejar que el sueño penetre o simplemente mantenerme ocupada en otras tantas cosas. Pero, esta cabeza que no se calla, a veces se me cuela en los oídos y me susurra una y otra vez, una y otra vez, de forma constante, lo sencillo que resultaría estar sin estar y ser sin ser, dejándome guiar por la apatía.
Yo sé que tiene un nombre, algo impronunciable, algo que debería estarme prohibido siquiera sentir, imaginar, desear, saber. Un nombre que me cala en los huesos incluso cuando yace el sol arriba, dejando caer su peso muerto contra todo el universo. Y es un peso que duele, como me dolieron una vez todas las emes del abecedario. Y los números y los kilómetros y las canciones que me apuñalaban con letras hechas para mí y para otras millones de personas.
Pero qué voy a decir, echo de menos sentirme ligera,
como las plumas, como las hormigas, tan diminuta,
tan miserable, tan fácil,
nada propio de mí,
propio de ella.
El autobús tiembla y acabo por despertarme. El mundo se ha puesto en marcha de nuevo, dejándome atrás con una taquicardia de regalo. Me queda una parada y media. Nadie me ve, al menos no realmente.

domingo, 12 de agosto de 2012

miércoles, 8 de agosto de 2012

Everything is illuminated

Everything is Illuminated

Si no hay amor en el mundo, crearemos un mundo nuevo, y le pondremos paredes, y lo decoraremos con muebles bonitos por fuera y suaves y rojos por dentro, y le pondremos un llamador que suene como un diamante al caer sobre el fondo de fieltro de un joyero, para no tener que escucharlo nunca. Quiéreme, porque el amor no existe, y yo ya he probado todo lo que existe.

Todo está iluminado- Jonathan Safran Foer 

martes, 7 de agosto de 2012

Esto es lo que somos ahora: un número de cuatro dígitos, un parón en el tiempo, un subrayado en el calendario, un post-it en la nevera sin adhesivo. Esto es en lo que hemos devenido con el paso de los años: una mirada apartada, el recuerdo de un verano frío, todas las fotografías veladas. El sonido de las olas rompiendo contra el acantilado, una risa lejana, el sol que no nos daña. Las palabras afiladas cortando el viento furioso, saltando al vacío sin decir nada. La madrugada desteñida y húmeda girando en la lavadora. Venecia inundada de lágrimas. Septiembre a la vuelta de la esquina, avecinando nubarrones y nosotros aún en pijama. El traqueteo del tren que se marcha sin nosotros, un par de lluvias ácidas en agosto. 

—¿Y luego qué?, preguntas indeciso.

El cataclismo: Bonnie y Clyde tiroteados al Norte de Luisiana, con el cigarrillo todavía a medias, mientras el verano atónito sigue su curso... conteniendo las ganas de tronar. 

lunes, 6 de agosto de 2012

London Bridge

Ayer la noche londinense dejó una imagen inolvidable. Una impresionante Luna llena asomó entre los 5 aros olímpicos que cuelgan del Tower Bridge, llegando incluso, según el momento y el ángulo, a encajar perfectamente como si de un sexto anillo se tratase. 

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domingo, 5 de agosto de 2012

Detrás de la imagen

Hace casi un año fueron anunciados los ganadores del Traveler Photo Contest 2011, un concurso que la revista National Geographic realiza anualmente. En aquella convocatoria recibieron más de 13000 fotografías procedentes de todo el mundo, y de entre todos ellos el elegido para llevarse el primer premio fue el estadounidense Ben Canales, con esta impresionante imagen de un cielo estrellado en el Parque Nacional de Crater Lake, en Oregon.

(by Ben Canales, 2011)

Hoy, navegando por la red, me topé con un video que grabó poco antes de tomar la fotografía y al que acompañaba una pequeña historia sobre cómo la hizo y por qué fue elegida ganadora. Canales cuenta que estaba probando diferentes cosas cuando decidió recostarse de espaldas para hacer una exposición larga, con el faro de su frente apuntando hacia arriba. La diversión que emana fue el factor decisivo a la hora de seleccionarla entre todas las demás. "Creo que hemos visto tantas imágenes de sitios hermosos que siempre estamos buscando ese algo más que hace que sea todavía más interesante, y a veces eso es un poco de diversión", dijo Dan Westergren, uno de los jueces.
Para ver el resto de imágenes premiadas, click aquí. (Por cierto, la que quedó en segundo puesto fue tomada en la Catedral de Santiago!)


sábado, 4 de agosto de 2012

Oda a Walt Whitman



Por el East River y el Bronx
los muchachos cantaban enseñando sus cinturas,
con la rueda, el aceite, el cuero y el martillo.
Noventa mil mineros sacaban la plata de las rocas
y los niños dibujaban escaleras y perspectivas.

Pero ninguno se dormía,
ninguno quería ser el río,
ninguno amaba las hojas grandes,
ninguno la lengua azul de la playa.

Por el East River y el Queensborough
los muchachos luchaban con la industria,
y los judíos vendían al fauno del río
la rosa de la circuncisión
y el cielo desembocaba por los puentes y los tejados
manadas de bisontes empujadas por el viento.

Pero ninguno se detenía,
ninguno quería ser nube,
ninguno buscaba los helechos
ni la rueda amarilla del tamboril.

Cuando la luna salga
las poleas rodarán para tumbar el cielo;
un límite de agujas cercará la memoria
y los ataúdes se llevarán a los que no trabajan.

Nueva York de cieno,
Nueva York de alambres y de muerte.
¿Qué ángel llevas oculto en la mejilla?
¿Qué voz perfecta dirá las verdades del trigo?
¿Quién el sueño terrible de sus anémonas manchadas?

Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,
enemigo del sátiro,
enemigo de la vid
y amante de los cuerpos bajo la burda tela.
Ni un solo momento, hermosura viril
que en montes de carbón, anuncios y ferrocarriles,
soñabas ser un río y dormir como un río
con aquel camarada que pondría en tu pecho
un pequeño dolor de ignorante leopardo.

(...)

Pero tú no buscabas los ojos arañados,
ni el pantano oscurísimo donde sumergen a los niños,
ni la saliva helada,
ni las curvas heridas como panza de sapo
que llevan los maricas en coches y terrazas
mientras la luna los azota por las esquinas del terror.

Tú buscabas un desnudo que fuera como un río,
toro y sueño que junte la rueda con el alga,
padre de tu agonía, camelia de tu muerte,
y gimiera en las llamas de tu ecuador oculto.

Porque es justo que el hombre no busque su deleite
en la selva de sangre de la mañana próxima.
El cielo tiene playas donde evitar la vida
y hay cuerpos que no deben repetirse en la aurora.

Agonía, agonía, sueño, fermento y sueño.
Éste es el mundo, amigo, agonía, agonía.
Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades,
la guerra pasa llorando con un millón de ratas grises,
los ricos dan a sus queridas
pequeños moribundos iluminados,
y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada.

Puede el hombre, si quiere, conducir su deseo
por vena de coral o celeste desnudo.
Mañana los amores serán rocas y el Tiempo
una brisa que viene dormida por las ramas.

Por eso no levanto mi voz, viejo Walt Whítman,
contra el niño que escribe
nombre de niña en su almohada,
ni contra el muchacho que se viste de novia
en la oscuridad del ropero,
ni contra los solitarios de los casinos
que beben con asco el agua de la prostitución,
ni contra los hombres de mirada verde
que aman al hombre y queman sus labios en silencio.
Pero sí contra vosotros, maricas de las ciudades,
de carne tumefacta y pensamiento inmundo,
madres de lodo, arpías, enemigos sin sueño
del Amor que reparte coronas de alegría.

(...)

Y tú, bello Walt Whitman, duerme a orillas del Hudson
con la barba hacia el polo y las manos abiertas.
Arcilla blanda o nieve, tu lengua está llamando
camaradas que velen tu gacela sin cuerpo. 

Duerme, no queda nada. 
Una danza de muros agita las praderas
y América se anega de máquinas y llanto.
Quiero que el aire fuerte de la noche más honda
quite flores y letras del arco donde duermes
y un niño negro anuncie a los blancos del oro
la llegada del reino de la espiga.



Oda a Walt Whitman- Federico García Lorca (Poeta en Nueva York)

viernes, 3 de agosto de 2012

El vacío

Un millón de huecos.
La luz de la mañana perforando mis sueños de nuevo, el peso de unos brazos ausentes rodeándome. La caricia del vacío no es tan suave como parece. Esta casa está llena de fantasmas.
Lo ansío. Sólo nosotros, rompiendo la línea entre La Tierra y el sol poniéndose. Recuerdos de mañanas junto a las montañas de tus hombros, las piscinas de tu respiración en la almohada. Los guardo como si fuesen oro. Y qué si no podemos detener los relojes? El tiempo vuelve a reirse de nosotros.
Tanto si es hoy como si es siempre, no hay nadie con quien prefiera pasar los minutos.

jueves, 2 de agosto de 2012


Una conciencia culpable necesita confesar. Una obra de arte es una confesión.

Albert Camus

miércoles, 1 de agosto de 2012