En su papel protagonista, interpreta a un intento de periodista que ha sido expulsado de la prestigiosa Harvard, y tras una huida a Inglaterra en busca de su hermana y una cadena de casualidades debidas al marido de ella, termina, de la mano de su cuñado, convirtiéndose en un hincha del West Ham. El problema? su pasado (y raíces) como periodista deben permanecer ocultas, nadie quiere a un topo en los movimientos ultra... y en cuanto se descubre el pastel, es cuando comienza la verdadera violencia.
Pero Hooligans no es sólo la historia de su protagonista Matt Buckman, si no la de su directora Lexi Alexander. Aún habiendo crecido en Alemania, los hechos que documenta los vivió a través de su hermano, que también pertenecía a una afición. Y es probable que sea ese material autobiográfico lo que haga la cinta tan real y emotiva. Hay un equilibrio entre las escenas de violencia fotograma a fotograma y el desarrollo de los diálogos, como los que mantienen Dunham y Buckman, y pese a que a grandes rasgos se podría calificar todo como una panda de futboleros obsesos, la directora se empeña en crear a unos personajes mucho más tridimensionales que los clásicos malos.
Ahora, hasta qué punto seremos capaces de olvidar a Frodo tras haber visionado esta película, creo que sigue dependiendo en grandísima parte de lo mucho o poco que la trilogía de ESDLA nos haya marcado, y no a lo notable que haya estado Elijah Wood en sus actuaciones posteriores.
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