domingo, 20 de junio de 2010

La confianza es como un espejo: cuando se rompe, puedes arreglarla, pero todavía ves las marcas en ese puto reflejo

domingo, 13 de junio de 2010




soy sólo una niña juagando en la arena, mientras inmensos océanos de verdad se extienden ante mí, todavía sin descubrir

lunes, 7 de junio de 2010

yo tampoco sé en qué estaba pensando

El mito de que los ingenieros somos una panda de masoquistas es algo que nunca llegas a comprender totalmente hasta que no te ves dentro de la carrera. entonces empiezan a desaparecer de tu léxico conceptos como tiempo libre, sobrasalientes, estudiar el día antes... y bajo la luz del flexo y ante la pila de apuntes aparentemente incomprensibles para cualquier ser humano, te preguntas una y otra vez en qué pensarías aquél fatídico verano cuando aprobaste selectividad. inocente tú, que de aquellas y tras 2º de bachillerato creías que ya estabas hecha a prueba de todo. que ya casi no recuerdas lo que es tener julio y agosto libres o poder salir de fiesta de lunes a sábado.

pero lo peor de todo es que pese a las quejas, a los grandes momentos de desesperación, a los esfuerzos sobrehumanos, al agotamiento, a cagarte en profesores, en horarios mal planificados, en temarios incomprensibles, aquí seguimos, curso tras curso, acumulando asignaturas y frustraciones.

nunca pensé que lo diría, pero esta carrera es como una droga, que por mucho que te joda, sigues metida en ella hasta el fondo


and the ocean's gettin' warmer
and california is on her mind

sábado, 5 de junio de 2010

-Tú siempre esperas gestos, yo palabras... Vivimos en mundos distintos... y dentro de poco, más aún.
-No digas eso...
-Soy realista... El corazón me resbala por las tuberías de este cuarto... ya no hay forma de sacarlo.
-¿Te has vuelto poeta?
-No... lo escribiste tú, hace unos meses...


(Báilame el agua)

martes, 1 de junio de 2010

cosas de hermanas




Existe una ley no escrita que establece cómo han de ser las relaciones fraternales. Según ella, el hermano menor ha de ser el ojito derecho y protegido de los padres, y el mayor ha de abusar de él, encomendarle el trabajo sucio y echarle la culpa cuando haya hecho algo mal.
Pero las tradiciones cambian, al igual que camabia el mundo, y si ahora las familias por el término que entendíamos antes, es decir, el de mamá, papá y sus hermosos y sonrosados hijitos, vestidos de azul y rosa con coletitas y peinados casi lamidos por un elefante, ya son cosa del pasado, y cada vez abundan más las monoparentales, multiculturales y todo tipo de variedades inimaginables hace 40 años, las relaciones entre hermanos también han cambiado.
Nuria y yo somos hermanas. Si se cumpliese la tradición, yo sería la protegida y el ojito derecho y ella abusaría de mí. bueno, a veces lo hace.
La vida hizo que nuestros caminos juntasen y separasen de forma totalmente aleatoria, y cuando, tras dos años de incesantes comeduras de cabeza culpa de el bachillerato y el futuro, prácticamente parecíamos habernos hecho a la idea de que una terminaría en londres y la otra en madrid, al más puro estilo de película americana, quiso el destino que los mil seiscientos kilómetros de distancia se redujeran a sólo 160, lo que separa vigo de coruña. Como si eso alguna vez hubiera importado, las distancias se fueron acortando a medida que se solidificaba la relación. Los proyectos nunca fueron pocos, y aunque ni la mitad de ellos se lleven a cabo, el simple hecho de poder compartirlos ya dice suficiente.

Y es que, aunque el digrama de cosas que tengamos en común a penas sea perceptible en comparación con el de las diferencias, en el fondo es tan divertido escuchar un "pero si no os pareceis en nada" cada vez que nos plantamos juntas ante alguien, que me encanta ese momento cuando nos miramos con cara de resiganción y pensamos que alguien debería seriamente hacer un estudio acerca de por qué no sólo nos aguantamos, si no que nos llevamos tan jodidamente bien.

Y como cada junio, cuando recibimos calor, exámenes y felicitaciones a partes iguales, feliz cumpleaños, sis.