Si sois capaces de creer que una tía tan increíble como Emma Stone es capaz de pasar desapercibida entre el sexo contrario, entonces os podréis tomar en serio al personaje. Olive es una chica lista y despierta, completamente anónima en su instituto, hasta que cuenta una mentira provocada acerca de cómo perdió la virginidad con un universitario. El rumor va degenerando, y después se ve reforzado cuando un compañero gay que le pide a Olive que finja haber tenido sexo con él para que dejen de acosarlo. Y aunque Emma no fuese tan adorable, el guión se encargaría de dejarnos claro que Olive no es estúpida, y por las estupideces que hace son siempre por una buena causa.
Pero la magnificencia del argumento no sería nada sin la actriz adecuada, y por suerte Stone no es sólo adecuada, si no perfecta. Borda su papel, dotando a su personaje de chispa y haciendo que su inteligencia resulte encantadora en lugar de pedante. Lo cierto es que podría haber hecho la película ella sola, pero el resto del cast también merece mención, especialmente Stanley Tucci y Patricia Clarckson, que interpretan a sus padres, esa clase de padres que todos quisiéramos tener: no sólo comprensivos y amables si no también divertidos. Otras apariciones a mencionar son la de Lisa Kudrow (Phoebe en Friends), la psicóloga del instituto, y Penn Badgley (Dan en Gossip Girl), el amor de la infancia de Olive.
El título original de la película, Easy A, siempre mucho más ingenioso que su traducción al castellano, hace referencia a el libro "La letra escarlata", de el escritor americano Nathaniel Hawthrone. Olive se siente identificada con la protagonista y su condena pública por adulterio, y, como acto de rebeldía, se cose una letra A en la ropa.
Definitivamente, si todas las comedias adolescentes fuesen como Rumores y mentiras el mundo sería un lugar mejor, o por lo menos más divertido.
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