Estímulos, sólo eso:
Las piernas bien cruzadas
Y el humo que huye de los dedos;
Veo cómo se esconden los senderos
Y las líneas que convergen en las manos,
Veo que el exceso es una espada.
Absurdos, más que eso:
El borde de tu espalda
Y el hielo que se anida en un desvelo;
Veo que el delirio duerme adentro
Que los secretos roces son en vano,
Veo cómo tus tejidos son escarcha.
Mercenarios, somos eso:
El calor en crudas aguas
Y el reverso de los hitos y los credos;
Creo ver que compro soles con mi aliento
Y que siempre tu deseo fue inhumano.
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