hace ya 4 años que empecé a concebir la vida como una sucesión de maletas. sólo hay dos formas de empaquetar las cosas: motivados por la ilusión o aplastados por la nostalgia, aunque es fácil que en cada viaje haya un poco de ambos.
no quiero que el verano se termine, todavía quedan demasiadas cosas por hacer
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