voy recogiendo las frases sueltas que vas dejando por la casa. se quedan flotando en la cocina o colgadas de la lámpara del salón. a veces encuentro alguna olvidada bajo un cojín o frente a una puerta. las recorto como una nota de rescate y formo con ella mi collage personal de perversiones. reordenadas y sometidas a mi voluntad, doy forma a mis fantasías contigo: a tus susurros, a tus jadeos, a las obscenidades que me deslizas al oído.
mi fantasía vive de misieras que tú ni tan siquiera sospechas. para ti son restos del día que pasa; para mí la canción que me lleva de la mano a la madrugada del día siguiente.
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