vale, lo reconozco: ayer no fui del todo sincera. pero a eso, amigos míos, os tendréis que ir acostumbrando si pensáis convertiros en asiduos a este espacio. además, he de remarcar que ése es un consejo de oro no sólo aplicable a éste mío blog, si no a todo este mundo de ceros y unos al que llaman internet, y a la vida misma si nos da por ponernos en plan experimentado-filosófico.
que no os creáis todo lo que leais. yo no es que vaya a mentir, porque hacerlo aquí no tiene gracia, es un hogar demasiado marginal para gastar mis fuerzas en ello. las mentiras me las reservo para redes main stream como el tuenti, en las que me lo paso pipa cambiando de carrera, ciudad, fecha de nacimiento y hasta de amigos si es para saciar la curiosidad no sana de todos aquéllos que lo visitan por puro cotilleo, para luego ver cómo vuelven a mí los bulos que yo misma he creado, totalmente orlados y deformados.
pues al caso, que yo no voy a mentir, pero me acojo a mi derecho de no tener que revelar toda la verdad. es probable que en alusiones a la gente dé datos excesivamente genréricos, pues me gusta respetar la intimidad de los demás. también con respecto a mi propia persona, porque, ni es necesario que sepáis hasta mi grupo sanguíneo, ni me apetece contarlo (vale, lo cierto es que es de esas cosas que aún no tengo del todo claro, como el sexo de Lady Gaga).
ayer escribí que no tenía ni idea de lo que pensaba postear próximamente. mi primera verdad a medias. es cierto que no sé lo que pienso publicar, pero sí tengo claro lo que NO publicaré.
así que ñoras, ñores, si entraron aquí con la esperanza de leer las vivencias diarias de una veinteañera trastornada, convertidas a formato digital y aptas para todos los públicos, ya pueden ir pulsando la X (casilla superior izquierda enmarcada en rojo si usan explorer, derecha si emplean safari -estos de apple siempre llevando la contraria)
No hay comentarios:
Publicar un comentario