El mito de que los ingenieros somos una panda de masoquistas es algo que nunca llegas a comprender totalmente hasta que no te ves dentro de la carrera. entonces empiezan a desaparecer de tu léxico conceptos como tiempo libre, sobrasalientes, estudiar el día antes... y bajo la luz del flexo y ante la pila de apuntes aparentemente incomprensibles para cualquier ser humano, te preguntas una y otra vez en qué pensarías aquél fatídico verano cuando aprobaste selectividad. inocente tú, que de aquellas y tras 2º de bachillerato creías que ya estabas hecha a prueba de todo. que ya casi no recuerdas lo que es tener julio y agosto libres o poder salir de fiesta de lunes a sábado.
pero lo peor de todo es que pese a las quejas, a los grandes momentos de desesperación, a los esfuerzos sobrehumanos, al agotamiento, a cagarte en profesores, en horarios mal planificados, en temarios incomprensibles, aquí seguimos, curso tras curso, acumulando asignaturas y frustraciones.
nunca pensé que lo diría, pero esta carrera es como una droga, que por mucho que te joda, sigues metida en ella hasta el fondo
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