a la mayoría de las chicas les pierde un tío con una guitarra, lo mío son las harmónicas. es por eso que Kristian Matsson me hace sonreír estúpidamente como una quinceañera. aunque, bien pensado, tal vez su preciosa carita, su acento sureño y el hecho de que toque el banjo también tengan algo que ver en el asunto...
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