martes, 29 de marzo de 2011
domingo, 27 de marzo de 2011
- yo también creo que los vegetarianos comeis carne a escondidas
- me has pillado! suelo ponerme una peluca, gabardina larga y maxi-gafas de sol y escaparme de incógnito a la zona vieja a zamparme una buena tapa de zorza. también tengo un alijo de chopped y panceta bajo el colchón, para cuando me dan ataques bulímico-carnívoros. suelo hacerlo siempre poniendo la misma canción deprimente de celine dion, en plan ritual de culpabilidad autodestructiva
- me has pillado! suelo ponerme una peluca, gabardina larga y maxi-gafas de sol y escaparme de incógnito a la zona vieja a zamparme una buena tapa de zorza. también tengo un alijo de chopped y panceta bajo el colchón, para cuando me dan ataques bulímico-carnívoros. suelo hacerlo siempre poniendo la misma canción deprimente de celine dion, en plan ritual de culpabilidad autodestructiva
sábado, 26 de marzo de 2011
jueves, 24 de marzo de 2011
miércoles, 23 de marzo de 2011
martes, 22 de marzo de 2011
viernes, 18 de marzo de 2011
martes, 15 de marzo de 2011
Siempre con la soga al cuello. Condenada a vivir bajo la presión que ejercen involuntariamente sobre ti aquéllos que te quieren. Siempre temblando ante el miedo a no dar la talla, a no estar a la altura de ese listón que ellos han colocado muy por encima de donde alcanza tu cabeza.
Y es entonces cuando el terror te posee. La meta se vuelve aún más lejana y difusa, el cuerpo falla, los músculos no responden y la cabeza te impide pensar con claridad.Imposible concentrarse, el intento resulta fallido.
Así que de nuevo vuelve a acecharte una sensación para nada desconocida que crispa tu ánimos y tus esperanzas. la decepción se hace latente, no tanto por no haber conseguido superar la prueba, si no en realidad, por no haber cumplido con la expectativas de quienes depositaron toda su fe en ti. la presión se va haciendo insoportable, derrota tras derrota, ante cada nuevo reto has de cargar con el peso de infinitas decepciones anteriores y con el de infinitas esperanzas futuras. Un peso demasiado grande para poder caminar con normalidad, sin dar traspiés o desfallecer bajo la fuerza a la que estás sometida.
De nuevo el miedo. Atrapada en un infinito círculo de objetivos inalcanzados. El miedo a la valoración, el miedo al diagnóstico, el miedo al qué dirán, te hace tirar la toalla antes de saber siquiera si vas a ganar o perder. Y así todo se tuerce. Bocetos a medio pintar, textos que se van a la basura nada más ponerles el punto y final, estudios abandonados cuando aún no sabes ni de qué va la materia. Una sucesión de retiradas prematuras con el objetivo de salvarse de la derrota, aún cuando no conoces tus posibilidades de vencer. Ya no hay decepciones, ya no defraudas las expectativas, pero tampoco las cumples. Y en ti queda un inmenso vacío provocado por la incertidumbre del qué podría haber pasado. Un vacío por la curiosidad de en qué habrían llegado a derivar todos esos proyectos que dejaste a medias si te hubieras atrevido a sacarlos adelante, llegando hasta el final.
Pero no importa, de nada sirven las meras suposiciones acerca de un futuro que nunca se verá realizado. Esta noche volverás a acostarte repasando mentalmente la lista de ideas sin consumar, esperando que mañana la musa llame a tu puerta con las instrucciones exactas de la perfección.
Y es entonces cuando el terror te posee. La meta se vuelve aún más lejana y difusa, el cuerpo falla, los músculos no responden y la cabeza te impide pensar con claridad.Imposible concentrarse, el intento resulta fallido.
Así que de nuevo vuelve a acecharte una sensación para nada desconocida que crispa tu ánimos y tus esperanzas. la decepción se hace latente, no tanto por no haber conseguido superar la prueba, si no en realidad, por no haber cumplido con la expectativas de quienes depositaron toda su fe en ti. la presión se va haciendo insoportable, derrota tras derrota, ante cada nuevo reto has de cargar con el peso de infinitas decepciones anteriores y con el de infinitas esperanzas futuras. Un peso demasiado grande para poder caminar con normalidad, sin dar traspiés o desfallecer bajo la fuerza a la que estás sometida.
De nuevo el miedo. Atrapada en un infinito círculo de objetivos inalcanzados. El miedo a la valoración, el miedo al diagnóstico, el miedo al qué dirán, te hace tirar la toalla antes de saber siquiera si vas a ganar o perder. Y así todo se tuerce. Bocetos a medio pintar, textos que se van a la basura nada más ponerles el punto y final, estudios abandonados cuando aún no sabes ni de qué va la materia. Una sucesión de retiradas prematuras con el objetivo de salvarse de la derrota, aún cuando no conoces tus posibilidades de vencer. Ya no hay decepciones, ya no defraudas las expectativas, pero tampoco las cumples. Y en ti queda un inmenso vacío provocado por la incertidumbre del qué podría haber pasado. Un vacío por la curiosidad de en qué habrían llegado a derivar todos esos proyectos que dejaste a medias si te hubieras atrevido a sacarlos adelante, llegando hasta el final.
Pero no importa, de nada sirven las meras suposiciones acerca de un futuro que nunca se verá realizado. Esta noche volverás a acostarte repasando mentalmente la lista de ideas sin consumar, esperando que mañana la musa llame a tu puerta con las instrucciones exactas de la perfección.
lunes, 14 de marzo de 2011
martes, 1 de marzo de 2011
las series adolescentes son una perdición. reconozcámoslo: enganchan especialmente a púberes e infantes, a esas edades en que cualquier similitud con el mundo real los hace creer que los actores deberían ser sus mejores amigos (maldito sentimiento de identificación). pero, para aquéllos que hemos dejado atrás los teen, tal vez haya un par de ellas que tengan una buena salvación...
Primeramente, skins. qué puedo decir? la innovación en la estructura de desarrollo: cada capítulo se centra en un personaje, la caracterización de los mismos en función a estereotipos adolescentes y el tratamiento que hacen de los mismos: trastornos alienticios, homosexualidad, discriminación... quien no se ha quedado encantado prendado del atractivo de effy, la labia de tony o la locura de cassie? (personajes que, por cierto, tienen la edad que interpretan, un hecho muy poco usual en estos casos) y si todo esto es culminado con una fotografía más que impecable (de verdad exitieron algún día esos cielos azules en inglaterra), el resultado es exquisito. ah, y un dato para aquellos que no quieren engancharse a más series: los capítulos duran 40 min, pero cada temporada consta de sólo unos 10 episodios. se ve en nada, como quien dice.
Mi siguiente guilty pleasure es Gossip Girl, calificada muy a menudo como la versión adolescente de Sexo en Nueva York. Nada más lejos de la realidad. Ambas comparten un importante punto en común: el impecable vestuario, que sirve de referencia no sólo a espectadoras si no a revistas y diseñadores de todo el mundo. Pero a excepción de ese dato, todo cuanto podría enumerarse son diferencias. Pese a ser seguida mayoritariamente por un público femenino, los personajes principales son de ambos géneros, y las tramas que se manejan (cada vez más forzadas y surrealistas, como ocurre en todas las series que llevan su tiepo en antena) incumben a chicos y chicas por igual. Hasta ahora, los actores han ido evolucionando con la misma cronología que sus respectivos personajes (esto es, no se pasan 6 años en el bachillerato), y el puntazo de todo lo ponen los ácidos e ingeniosísimos comentarios de la narradora, gossip girl, de supuesta identidad anónima a la que kristen bell le presta voz. Sus juegos de palabras y referencias literarias y cinematográficas te hacen pensar que probablemente con 15 años no te hubieras enterado ni de la mitad de lo que decía...
Primeramente, skins. qué puedo decir? la innovación en la estructura de desarrollo: cada capítulo se centra en un personaje, la caracterización de los mismos en función a estereotipos adolescentes y el tratamiento que hacen de los mismos: trastornos alienticios, homosexualidad, discriminación... quien no se ha quedado encantado prendado del atractivo de effy, la labia de tony o la locura de cassie? (personajes que, por cierto, tienen la edad que interpretan, un hecho muy poco usual en estos casos) y si todo esto es culminado con una fotografía más que impecable (de verdad exitieron algún día esos cielos azules en inglaterra), el resultado es exquisito. ah, y un dato para aquellos que no quieren engancharse a más series: los capítulos duran 40 min, pero cada temporada consta de sólo unos 10 episodios. se ve en nada, como quien dice.
Mi siguiente guilty pleasure es Gossip Girl, calificada muy a menudo como la versión adolescente de Sexo en Nueva York. Nada más lejos de la realidad. Ambas comparten un importante punto en común: el impecable vestuario, que sirve de referencia no sólo a espectadoras si no a revistas y diseñadores de todo el mundo. Pero a excepción de ese dato, todo cuanto podría enumerarse son diferencias. Pese a ser seguida mayoritariamente por un público femenino, los personajes principales son de ambos géneros, y las tramas que se manejan (cada vez más forzadas y surrealistas, como ocurre en todas las series que llevan su tiepo en antena) incumben a chicos y chicas por igual. Hasta ahora, los actores han ido evolucionando con la misma cronología que sus respectivos personajes (esto es, no se pasan 6 años en el bachillerato), y el puntazo de todo lo ponen los ácidos e ingeniosísimos comentarios de la narradora, gossip girl, de supuesta identidad anónima a la que kristen bell le presta voz. Sus juegos de palabras y referencias literarias y cinematográficas te hacen pensar que probablemente con 15 años no te hubieras enterado ni de la mitad de lo que decía...
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