lunes, 30 de enero de 2012


Para algunos aventureros no es suficiente conquistar alguno de los famosos montes de Alaska, como el McKinley o el St. Elias. Para algunos, no se trata tanto de la dificultad del ascenso como de ser los primeros. y, para eso, a veces los montañeros han de ir a lugares todavía más remotos.
Para un grupo de alpinistas, patrocinados por Patagonia, eso significó un viaje en pleno invierno a los picos de Arrigetch, una cadena rocosa situada en la cordillera de brooks, por encima del círculo polar Ártico.
En este video, subido a vimeo por Dane Henry de Deep Roots media, los montañeros Tommy Caldwell, Corey Rich y Hayden Kennedy documentan el primer ascenso a una pared rocosa sin nombre.
"Generalmente, en la mayoría de las expediciones en las que he estado, vas a algún sitio, tiene un mapa topográfico de alguien que ha estado ahí y al menos alguna idea de lo que es posible" dice Caldwell en el video. "Aquí fue completamente exploratorio- quiero decir, sin pistas, sin senderos, no vimos ninguna señal de que algún otro ser humano hubiera estado ahí arriba. Y es genial, añadió un verdadero espíritu de exploración a este viaje".

domingo, 29 de enero de 2012


"Algún día te llevaré a ver la Aurora Boreal"


Las cosas que aparecen cuando te pones a hurgar en el disco duro.
He creído morir de amor al volver a encontrarme esta foto, maldita vulnerabilidad de la que me impregna este frío invernal.

sábado, 28 de enero de 2012

"Edwin Land, de Polaroid, hablaba acerca del cruce entre la humanidades y la ciencia. Me gusta esa intersección. Hay algo mágico en ese lugar. hay mucha gente innovando, y esa no suele ser la característica principal de mi línea de trabajo. El motivo por el que Apple cuanta con la aceptación de la gente es que existe una corriente profunda de humanidad en nuestra innovación. Creo que los grandes artistas y los grandes ingenieros se parecen, porque ambos sienten el deseo de expresarse. De hecho, algunas de las personas que trabajaron en el Mac original eran también poetas y músicos. En los años setenta, los ordenadores se convirtieron en una herramienta para que la gente pudiera expresar su creatividad. A los grandes artistas como Leonardo DaVinci y Miguel Ángel también se les daba muy bien la ciencia. Miguel Ángel sabía mucho acerca de la extracción de las piedras en las cantera, y no solo sobre cómo ser escultor."


Steve Jobs

miércoles, 25 de enero de 2012

No me puedo creer que ya haya terminado los exámenes. A partir de ahora, el Red Bull sólo se tomará si va acompañado de ron.
Hay que aprovechar estos 4 días, que el lunes toca estar de vuelta en la realidad de la facultad. Eso si antes no despierto de resaca en un carguero rumbo a Noruega.

martes, 24 de enero de 2012

the morning after.

Sabes ese punto en el que te das cuenta de que la casa en la que has crecido ha dejado de ser tu hogar? De repente, aunque tengas un sitio donde poner tus cosas, la idea en sí desaparece. Sientes que no lo recuperarás jamás. Es como tener morriña de un lugar que ya no existe. Tal vez sea ley de vida, nunca volverás a sentir algo así hasta que no te crees una nueva idea de hogar.

lunes, 23 de enero de 2012

WTF?!

Estoy leyendo "Steve Jobs", de Walter Isaacson (ese tocho que hay debajo de la taza), y no podría estar más decepcionada con el tipo de persona que era. Me siento terriblemente avergonzada de haberlo idolatrado tanto cuando en realidad era un verdadero capullo.

Esta mañana cuando me senté al ordenador para trabajar un poco, me apeteció cambiar el salvapantallas. Entonces recordé un pasaje que había leído acerca de cómo Jobs solía mofarse de la famosa "Blue Screen of Death" de los sistemas operativos Windows y me pareció que sería simpático verlo en un Mac. Estaba en lo cierto, las caras de la gente al entrar en mi cuarto y encontrarse con eso suelen estar marcadas por la risa o el desconcierto.

domingo, 22 de enero de 2012


La crítica de un documental siempre basa una buena parte de su argumentación en el hecho de si estás de acuerdo o no con el tema a tratar, es especialmente complicado ser objetivo. Aún así, un Oscar al mejor documental, un premio del Festival de Cannes, un Cesar de Academia de Cine Francesa y las numerosas valoraciones positivas que ha recibido desde su estreno en 2002 reafirman mi convicción de que Bowling for Columbine es una obra de calidad, no sólo por compartir mi opinión en contra de las armas.
El 20 de abril de 1999 ocurrieron dos cosas: Estados Unidos arrojó más bombas que nunca sobre Kosovo, y dos chicos entraron en el instituto de Columbine, en Littleton, Colorado, y mataron a tiros a 12 alumnos y un profesor, e hirieron a muchos más antes de quitarse ellos mismos la vida. Recuerdo claramente verlo en las noticias, no se hablaba de otra cosa. Por unos días, la Guerra quedó relegada a un segundo plano y los informativos se centraron en aportar todo cuanto pudieron acerca de la tragedia: imágenes de archivo de las videocámaras del colegio, grabaciones de las llamadas a la policía... Y, como se hace con cualquier hecho de tal impacto, se sensacionalizó hasta la médula. Los testimonios de las víctimas supervivientes y las destrozadas familias se repetían una y otra vez, especialmente aquéllos cargados de llantos y muestras de histeria. Numerosos psicólogos, psiquiatras y sociólogos eran entrevistados acerca de la naturaleza de los actos perpetrados. Yo ni siquiera había cumplido los 10 años y, aunque contaba con la experiencia suficiente como para no creer que el ser humano era todo bondad, observaba por primera vez lo monstruoso que podía llegar a ser, y, sobre todo, me di cuenta de lo complejo, confuso y a veces inexplicable de su comportamiento. Hasta entonces había creído en un principio de acción-reacción, todos los actos de crueldad venían desencadenados por factores perfectamente clarificados, como crecer en un entorno hostil, la falta de valoración o el haber vivido una experiencia traumática. Los sucesos de ese 20 de abril me abrieron los ojos por primera vez al infinito entramado de variables, muchas de ellas todavía no identificadas, que forman la ecuación de la personalidad.

Empleando la matanza de Columbine como punto de partida, Michael Moore pretende encontrar respuestas a esa pregunta que me planteé yo hace 13 años, pero centrándose en la sociedad americana y su inclinación a la violencia. El director explora cada faceta del asunto a través de entrevistas, imágenes de archivo, datos estadísticos y sus habituales técnicas de "rodaje guerrilla", en las que hace repentinas visitas a corporaciones o individuos insospechados y les plantea las últimas preguntas que les gustaría oir, o que están preparados para contestar.
Las entrevistas que contiene la película son memorables, desde un banco que regala armas de fuego, un par de adolescentes expulsados del instituto por ser considerados una "amenaza", el creador de los dibujos de South Park Matt Stone (que casualmente estudió en el mismo instituto en que se cometió la masacre) hasta un final con el actor y presidente de la NRA (Asociación Nacional del Rifle) Charlton Heston, que termina por abandonar la sala indignado.
Uno de mis momentos preferidos tiene lugar durante la entrevista con Marilyn Manson. Pese a que nunca me han gustado su música ni su arte, no puedo más que quitarme el sombrero ante la perfecta racionalización de sus argumentos, en los que explican cómo le han convertido en enemigo nº1 porque necesitaban de alguien a quien culpar y él era el objetivo perfecto. Entonces, cuando se le pregunta qué les habría dicho a los chicos de Columbine para haber evitado la masacre, responde "Primero habría escuchado lo que ellos tienen que decir".

El documental clarifica algunos puntos como que el acceso a las armas de fuego no es el único desencadenante de la alta tasa de criminalidad de Estados Unidos, puesto que en la vecina Canadá tienen las misma facilidades para conseguirlas, o que el estado del miedo y la inseguridad ciudadana no han dejado de crecer en los últimos años pese a que la tasa de criminalidad no ha parado de bajar, y ello es debido a la paranoia generada por el gobierno y los medios, que cada vez exageran más la morbosidad de los crímenes. Por lo demás, a penas da con respuestas a las preguntas que plantea, algo que Moore sabía (y advierte) desde el principio y que no quita interés ni calidad a la reflexión. Habiendo expuesto los hechos ,y deja abierto el abanico de reflexiones para que cada uno juzgue por su cuenta.

"Me preocupan tus sentimientos, más que lo míos. Te quiero. Ya está, lo he dicho, no lo he escrito en la pizarra. Nunca dejaría que nada ni nadie te hiciese daño. Nunca había sentido esto por nadie"

viernes, 20 de enero de 2012


Me había prometido no empezar American Horror Story hasta no haber terminado los exámenes, pero mi compañero de piso me metió tanto el gusanillo que hoy ya no pude resistir más y tuvimos que verla, al fin y al cabo es viernes y merezco un descanso.
Lo que llevo visto me ha parecido increíble, un serie inusual que, por su naturaleza, casi parece una película especialmente larga dividida en capítulos.
Como siempre me enganchan los personajes más complejos y problemáticos, Tate me tiene fascinada, especialmente en lo relativo a su relación con Violet.
Me encanta el misterio que se guarda en el argumento, que hace que me forme mil suposiciones a cada segundo que avanza y las vaya viendo confirmarse o caer en el error. Pero ya haré una crítica en condiciones cuando la haya terminado. Que la verdad, con la de series que veo y sólo reseño películas!

jueves, 19 de enero de 2012


Una imagen muy adecuada para reflejar mi amor por el café, y la dependencia casi enfermiza que tengo estos días.